Cuando una persona entrena sola, es importante que tenga a su alcance apoyos y ejemplos visuales y auditivos que le ayuden a reforzar la practica. Como hemos comentado, es esencial que el trabajo vaya de menos a más. Es especialmente difícil cuando los patrones musculares de una persona están muy fijados y alargados en el tiempo, sobre todo lo que se refiere a un exceso de tensión, por ello, hay que buscar la manera en que esa persona pueda experimentar una nueva forma de cantar, que le permita sustituir su antiguo y perjudicial hábito.
En esos entrenamientos, vamos a conseguir un cambio en la producción y en la percepción. Tomemos como ejemplo el levantamiento de pesas. Si durante un año levantamos pesas tres veces a la semana, el trabajo muscular que realizamos en cada sesión, es el mismo, pero nuestra percepción es muy diferente. Cuantas más sesiones hayamos realizamos, nuestra percepción cambia y nos parece que cada vez la tarea resulta más sencilla. Pero nuestros músculos siguen entrenando al mismo nivel que al principio.
Ejemplo muy aplicable de nuevo a las personas que cantan con un exceso de trabajo muscular, su percepción no se corresponde con el verdadero trabajo que realiza su musculatura, y solo descubre que dicho trabajo es excesivo, cuando hay un cambio en la voz que puede discriminar auditivamente (disfonía, voz áspera, cortes, etc.). Cuando hay exceso de trabajo muscular y se utilizan ejercicios que buscan reducir la tensión, la producción y la percepción cambian de manera drástica, lo que no resulta nada fácil para la persona. De nuevo, la supervisión por parte de un profesional es esencial. Como se indica de nuevo más tarde “si molesta o duele” no vamos por buen camino, pero en estos casos de hiperfunción, llegar al punto en el que la persona tenga una percepción real sobre su producción, es complicado y requiere de mucho trabajo y esfuerzo.
Por otro lado, en personas cuyos hábitos vocales son saludables y el entrenamiento busca mejorar su condición vocal y entregarle nuevas herramientas para ser más versátil vocalmente, la producción y la percepción, pasado un tiempo razonable, permite que avance cada día más, porque las tareas vocales le resultan cada vez más sencillas y puede iniciar nuevos retos, de mayor complejidad o trabajo.
Según el psicólogo Anders Ericsson, son necesarias 10000 horas para alcanzar la maestría o la excelencia en una tarea. Si lo aplicamos al entrenamiento vocal, cuando un cantante haya practicado una alta cantidad de horas (no necesariamente las 10000) desde una perspectiva saludable, tendrá un dominio total de su voz y será muy versátil vocalmente. Si los entrenamientos no han sido saludables y han condicionado la creación de patrones musculares asociados a la hiperfunción, se abren diferentes escenarios en los que la voz no sale bien parada en ninguno de ellos.
En los mejores casos, una persona puede abusar y maltratar de su voz cantada de forma continua durante 15 o 20 años, hasta que llega un momento en el que pierde el “control” sobre su voz y ya no puede realizar las tareas vocales que antes eran posible. Contando casos muy puntuales donde no ha habido patologías vocales o la persona ha tenido que dejar de cantar por temporadas. Aún con todo, hay esperanza para esas personas, si cambian sus hábitos por entrenamientos vocales saludables.
Si crees que necesitas mejorar o cambiar la forma en la que entrenas tu voz, no dudes en contactar conmigo, estaré encantada de ayudarte.
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