Una forma habitual en la que los cantantes se aproximan a la técnica vocal es el deseo de “cantar mejor”. “Quiero tener más técnica al cantar”, “cuando canto sé que podría hacerlo mejor porque me falta técnica”, “no sé cantar porque no sé técnica vocal”, “para cantar necesito técnica”. Este tipo de frases son las habituales que escuchamos en los Estudios. Personas que asocian la técnica a la habilidad que debes conocer para poder cantar.
Cuando son personas con un poco más de experiencia, el discurso es ligeramente diferente: “quiero aprender técnica para no cansarme al cantar”, “necesito técnica vocal para poder cantar más agudo”, “canto lírico, me gustaría cantar música popular y no sé cómo hacerlo”.
Es decir, se identifica que a través de la técnica se puede modificar o adquirir un hábito previamente establecido.
Esta es la clave: el hábito, lo que “se acostumbra a hacer”
En términos de efectividad, es mucho más sencillo entrenar en técnica vocal a una persona que no ha cantado mucho frente a un cantante que posee mucha experiencia. El término popular es “tener muchos vicios”, entendiendo vicio por mal hábito.
Un cantante sin experiencia es un lienzo en blanco, donde el entrenamiento hará fije nuevos patrones motores, adaptados a sus necesidades vocales y que busque una mejora en el control de su voz cantada. Un cantante experimentado activa los mismos patrones motores desde hace tanto tiempo, que están totalmente fijados y establecidos como la conducta a seguir. Es por eso por lo que resulta tan complicado cambiar dicho hábito.
Si sigues habitualmente este blog, sabes que el trabajo de técnica vocal implica el control de grupos musculares que realizan otra serie de funciones fisiológicas, que en ocasiones entran en contradicción con el proceso fonatorio. Se pretende entonces, adquirir unas habilidades motoras en concreto, a través de la práctica. Cuando repites esa práctica de forma habitual, generas una experiencia que hace que esa nueva práctica pueda ser aprendida y fijada como permanente en tu práctica vocal.
Como en cualquier otro proceso de aprendizaje, la motivación juega un papel fundamental. Tienes que saber de forma clara cuál es el objetivo a alcanzar, el punto de partida y las fases intermedias, las dificultades que vas a encontrar y alternativas para vencerlas. Otro aspecto esencial, es que el cantante entienda y comprenda qué debe trabajar, cómo y por qué. No es necesaria una clase magistral sobre anatomía y fisiología del aparato fonador, es algo mucho más sencillo. Si una persona presenta un problema de hiperfunción en el velo del paladar, debe entender, escuchar y sentir cómo es esa tensión y por qué hay que modificarla. Mostrar cuál será el resultado cuando esa tensión desaparezca y cómo hará que mejore su función vocal.
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